“Estoy con la cabeza en otro lado”, le dice Ronald Cross a Miguel Ignacio quien lo ha citado a su oficina para realizar una serie de trámites que debe hacer con unos arquitectos. “No has escuchado nada de lo que te estoy encargando. Quiere decir que tienes algún romance. Soy hombre y sé de estas cosas”, le dice Miguel Ignacio.
“¿Y quién es? ¿La conozco?”, pregunta Miguel Ignacio.
“Es perfecta, vive en Las Lomas, en la casa de los González, es una madre soltera, cocina delicioso y lo mejor de todo es que me está correspondiendo”, comenta Ronald.
“Vive en Las Lomas, en la casa de los González, es una madre soltera y cocina delicioso… ¡Miserable no te vas a salir con la tuya! ¡Gladys es mía! ¡Es mía!”, grita Miguel Ignacio enceguecido por los celos y se lanza sobre Ronald y trata de estrangularlo.
El abogado logra liberarse. “¿Gladys? Yo no estoy hablando de Gladys sino de Charo, esa mujer maravillosa”, llega a decir justo antes que Miguel Ignacio intentara atacarlo de nuevo y que se queda totalmente sorprendido por lo que acaba de oír.